Sal 26:2 Ponme a prueba,
SEÑOR, e interrógame; examina mis intenciones y mi corazón.
Sal 139:23
Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis
pensamientos.
Sal 139:24 Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.
Sal 139:24 Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.
Estamos
en tiempos de cambios, de determinaciones. Como iglesia, como hijos de Dios y
cuerpo de Cristo sabemos que Dios está apurado, le urge que avancemos y que
pongamos nuestros ojos sólo en Él para que así pueda cumplir su propósito en
nosotros. Cuando somos sensibles a Su Voz y le pedimos intensamente que nos
examine, que nos revele lo que no le agrada de nosotros para día a día ser más
como Él, ¿cómo nos hacemos cargo de lo que Dios nos muestra? ¿Qué actitud es la
que tomamos ante lo que vemos de nosotros?
La gran
mayoría de las cosas que vamos descubriendo no son de nuestro agrado, pero nos
hacen ver aún así cuán grande es Su misericordia por nosotros, Su amor siempre nos
cubre.
Al ser
evidenciados con su luz quedamos expuestos y nos damos cuenta de cómo somos
realmente y de cuántas cosas –quizás de las más íntimas- son las que han
impedido que Su poder se manifieste a través de nosotros. Somos responsables de
lo que Él nos ha encomendado.
Y,
¿qué actitud tomamos? No basta sólo con pedir perdón, no basta sólo con decir ‘me
arrepiento’… ¡¡es necesario cambiar!! Y un cambio debe traer consigo fruto.
Mat 3:8
Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han
vuelto a Dios.
Es
fruto es la evidencia de que el cambio ha provenido del Señor y que en nosotros
se está gestando su semilla para darla a luz en el nuevo tiempo. El fruto es la
muestra del crecimiento, de la madurez y de un corazón dispuesto a ser
transformado por el Padre. Necesitamos dejar que Él nos transforme.
Efe 4:21 Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que
procede de él,
Efe 4:22 desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua
manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño.
Efe 4:23 Y, en cambio, dejen que el Espíritu les renueve los
pensamientos y las actitudes.
Efe 4:24 Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de
Dios, quien es verdaderamente justo y santo.
¿Cómo?
Con cruz.
Mat 16:24 Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno de
ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir,
tomar su cruz y seguirme.